EL DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE EN EL QUE NOS VIMOS OBLIGADOS A CAMBIAR DE ESTRATEGIA

Hoy es un nuevo Día Mundial del Medio Ambiente (DMMA 2021)

Sí, ese día creado como llamada de atención sobre la necesidad de establecer una acción común (gobiernos, empresas, instituciones y ciudadanos) de cara a proteger aquello que nos sustenta y que condiciona todo nuestro desarrollo en cualquiera de los ámbitos que nos planteemos.

Y tras 47 años celebrándolo, después de cuarenta y siete “5 de junio” poniendo el foco en el Medio Ambiente para fomentar la acción, cada vez más necesaria y acuciante, de cara a su Protección y Conservación, todo apunta a que seguimos sin tener integrado el Medio Ambiente en nuestra vida, como elemento indispensable para nuestra supervivencia.

Cada día veo esto en mi alrededor más cercano.

Todos priorizando nuestras preocupaciones sobre la Salud, el Trabajo y la Economía, sin darnos cuenta que, ni lo uno, ni lo otro, es posible sin un Medio Ambiente sano.

Y aunque, por motivos personales, ando con poca inspiración y motivación para escribir un artículo en este día, como siempre he hecho en los últimos años, soy incapaz de dejarlo pasar como si fuera un día más. Necesito y siento una obligación intrínseca de, al menos, escribir unas pocas palabras para poner mi granito de arena en la exaltación de este día, que como siempre digo: ¡Ojalá que no fuera necesaria su existencia!

RESTAURAR LOS ECOSISTEMAS: cambio de rumbo obligado en el DMMA 2021

Me llama la atención el cambio en la línea argumental de los “lemas” que se ha producido este año

Hemos pasado del enfoque en Salvar el planeta, resaltando determinados elementos vitales del Medio Ambiente para llamar la atención sobre ellos, a un “asumir que la hemos cagado” y que ya no es cuestión de aplicar medidas preventivas para que las cosas no pasen, si no que ya no nos queda otra que corregir lo que en casi 50 años no hemos conseguido que no pasara.

Un cambio léxico que para mí resulta muy significativo. Nos pasamos del verbo SALVAR al verbo RESTAURAR.

Y es que el lema de este año es: Generación Restauración: Reimagina, recrea, restaura… es como si hubiéramos tirado la toalla en cuanto a proteger el Medio Ambiente. Es como dejar patente que todos esos 5 de junio no han conseguido cumplir su cometido y que hemos llegado a ese final predicho en el que ya no nos queda otra que buscar la implicación de la sociedad para restaurar lo que hemos destrozado, porque es obvio que no hemos sabido preservarlo.

Quizás detrás de este lema esté la «gran bronca» que nos ha metido la Naturaleza, devolviéndonos los continuos golpes que le hemos propinado, con la fuerte Pandemia y la crisis económica que todavía estamos padeciendo…

Porque detrás de estas adversidades, no tengas dudas, está la pésima Gestión Ambiental que hemos venido realizando desde hace décadas. ¿CÓMO HA CAMBIADO NUESTRA CONCIENCIA AMBIENTAL CON ESTA PANDEMIA? REFLEXIÓN NECESARIA TRAS UN AÑO DE CRISIS

También en la crisis mundial de los microchips que estamos padeciendo, y que tanto daño está causando a nuestra economía, que no nos engañen… nuestra destrucción ambiental también está detrás de ella.

No es sólo que debido a la pandemia se haya disparado la demanda de estos elementos por el aumento en la necesidad de tecnologías para la comunicación, hay una causa de fondo relacionada íntimamente con nuestras acciones sobre el Medio Ambiente. Y es que el principal fabricante de semiconductores está en Taiwan, y la sequía que está sufriendo este país (con origen en el Cambio Climático) es la que ha provocado que se imposibilite su fabricación, ya que este proceso es un gran demandante de agua, razón por la cual la fuerte sequía impacta de lleno en esta industria.

El fomento en los últimos años de los vehículos eléctricos también tiene un trasfondo medioambiental, pero más que por darnos cuenta de los grandes problemas de contaminación que generan los motores de combustión, el origen y la motivación de ese empeño por fomentar nuevos sistema de energía para la movilidad, está en un agotamiento de las fuentes de energía fósiles utilizadas hasta el momento. Esa es la causa principal que ha conseguido que se “demonice” el diésel en primera instancia y que se empiece por fin a impulsar el vehículo eléctrico que ya llevaba desde 1827 en el cajón, porque por intereses de algunos, no interesó su desarrollo hasta casi 200 años después.

Este Día Mundial del Medio Ambiente 2021 marca un antes y después del sentido de su existencia. Pasamos del verbo “SALVAR a” … (los ecosistemas, la diversidad, el ambiente global, lo mares y océanos…), al verbo RECUPERAR, porque el daño ya está hecho, es patente y ya no hay posibilidad de negarlo.

¿Seremos capaces de implicarnos todos en esa Recuperación, ya que no hemos sido capaces de hacerlo en la Salvación?

¿Nos hemos dado cuenta por fin del indestructible vínculo existente entre el estado del Medio Ambiente y nuestro estado del bienestar?

¿Somos ya conscientes de que ni Salud, ni Trabajo, ni Economía (que es lo que más parece preocuparnos), es posible sin un Medio ambiente en buen estado?

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